Valls, 10 de marzo de 2012
Durante las primeras semanas viviendo
sola, antes de ir a dormir solía inspeccionar armarios, mirar bajo la
cama y comprobar una y otra vez que la puerta blindada estuviera bien
cerrada con llave.
Parece que finalmente he empezado a asimilar que los monstruos que se encuentran bajo mi lecho no son posibles ladrones ni sanguinarios asesinos en serie.
Fantasmas. Apasionados amantes de las noches sin dormir, grandes devotos del café matutino, de los paseos nocturnos y de tomar chocolate caliente en el balcón.
Nada
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